Conservando en su fabricación algunas técnicas indígenas, el tequila es una de las industrias mexicanas con mayor prosperidad y presencia en los mercados extranjeros. a la par del crecimiento globalizado, las destilerías han introducido tecnología de punta en sus procesos de producción, respetando al mismo tiempo la excelencia y autenticidad que caracteriza al más mexicano de los licores.

Tradicionalmente nuestro país es zona de magueyes, planta endémica considerada como el regalo de los dioses que pertenece a toda américa pero que arraigó precisamente en suelo mexicano, donde los dioses lo obsequiaron a los hombres, según cuentan tradiciones prehispánicas.

Se dice que es la encarnación de mayahuel, diosa de la fertilidad, que entró al corazón del agave para que del cuenco manara su sangre. Esta deidad es la madre de los 400 conejos o dioses de la embriaguez, de entre los cuales destaca el tlacuache, considerado como el primer borracho; personaje mítico, temido por ser pendenciero, timador y ladrón, pero que a la vez fue quien obsequió a los hombres el jugo del maguey.

Su carácter de regalo divino queda manifiesto en todas sus bondades: sirve como leña y para cercar los campos, sus hojas son susceptibles de utilizarse como tejas y para hacer papiro; con su fibra se fabrica hilo para hacer calzado, telas y ropa con las puntas se hacen clavos y púas, con su raíz se hacen resistentes sogas y con sus hojas hornos subterráneos; brota de él una miel negra y dulce y de sus entrañas se extrae una bebida que es considerada como de los dioses

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